El rendimiento del bono gubernamental canadiense a 10 años se mantuvo alrededor del 3.4%, permaneciendo por debajo de su máximo de 3.47% visto por última vez en agosto y alcanzado nuevamente el 22 de diciembre. Esto se debe a indicios de un crecimiento económico más lento, posturas cautelosas del Banco de Canadá y expectativas suavizadas para las tasas de interés globales, que influyeron sobre los bonos a más largo plazo. Datos recientes indican una desaceleración en el impulso económico a medida que 2025 se acerca a su fin, con proyecciones que apuntan a una ligera contracción en el PIB de octubre y señales más amplias de debilitamiento en los indicadores de actividad. Los inversores interpretan las recientes comunicaciones del Banco de Canadá como indecisas en cuanto a un endurecimiento monetario adicional, con una creciente inclinación hacia mantener tasas estables o posiblemente realizar recortes el próximo año. Esta perspectiva aplica una presión a la baja sobre los rendimientos a largo plazo, ya que la anticipación de aumentos adicionales en las tasas disminuye. De manera similar, los rendimientos del Tesoro de EE.UU. han disminuido en medio de operaciones caracterizadas por volúmenes de vacaciones reducidos, ya que el mercado toma en cuenta posibles recortes de tasas para el próximo año. Los inversores, en general, prevén dos reducciones de tasas en 2026, aun cuando la Reserva Federal presenta una perspectiva más dividida, considerando solo una reducción.