El rendimiento de los bonos del gobierno de Brasil a 10 años recientemente superó el 13.8%, repuntando desde sus mínimos del año. Esta tendencia al alza refleja las preocupaciones de los inversores sobre recientes cambios de precios e incertidumbres políticas que han incrementado la prima de riesgo asociada a los activos brasileños. A pesar de una disminución en la inflación general al 4.46% en noviembre, se espera que el banco central mantenga la tasa de referencia Selic en un 15%. La postura cautelosa del banco se debe a las condiciones comerciales volátiles y a presiones subyacentes persistentes, añadiendo incertidumbre al momento y la magnitud de cualquier futura reducción de tasas.
Además, una agitación política en Brasília ha aumentado el riesgo soberano. La cámara baja aprobó una legislación destinada a reducir las penas para individuos implicados en los eventos del 8 de enero. Esta decisión ha puesto en duda la estabilidad política y la integridad fiscal, incrementando así la prima exigida por los inversores para mantener deuda brasileña a largo plazo. Complicando más el escenario, el aumento de los rendimientos globales a largo plazo ha elevado las tasas en los mercados emergentes, incluido Brasil, debido a fuertes vínculos financieros internacionales. Este desarrollo ha elevado los costos de financiamiento para los prestatarios locales y ha provocado una rápida reevaluación de los bonos brasileños.