El par euro-dólar actualizó anteayer un mínimo de siete semanas, marcando 1,0725. Pero los osos del par eur/usd no se atrevieron a asaltar la sexta cifra y fijaron los beneficios. La iniciativa en el par la tomaron los compradores, que al principio mostraron resultados muy modestos (el par se mantuvo dentro de la 7ª cifra), pero luego se precipitaron al alza. En este momento el precio está probando el nivel de resistencia de 1,0850 (la línea media del indicador de las Bandas de Bollinger, que coincide con la línea Tenkan-sen en el gráfico diario).
Esta dinámica de precios parece, por decirlo suavemente, ilógica. Al mismo tiempo, sí existe una razón formal para el debilitamiento del dólar: la actividad empresarial en el sector servicios estadounidense se ralentizó inesperadamente en marzo, en contra de las previsiones contrarias. Pero una sola publicación no es capaz de invertir la tendencia, sobre todo porque casi todos los demás factores fundamentales están a favor del billete verde o en contra del euro. Por eso, una subida de precios tan confiada plantea muchos interrogantes. Y, francamente, provoca desconfianza, dado el flujo de noticias de los últimos días.
Hablando de informes macroeconómicos, en efecto, según los datos publicados ayer, el índice ISM de actividad empresarial en el sector de servicios cayó a 51,4 en lugar del aumento previsto a 52,8 puntos. Por un lado, el informe salió en la zona roja (y aquí se justifica la reacción negativa del dólar), pero por otro, el índice sigue en la zona de expansión, es decir, por encima de la marca clave de 50 puntos. El subíndice de precios pagados cayó a 53,4 puntos. Se observa aquí una tendencia a la baja (enero - 64 puntos, febrero - 58,6), lo que indica tendencias desinflacionistas en este sector.
Conviene recordar aquí que el índice ISM manufacturero publicado el lunes se situó en la zona de expansión (50,3 puntos) por primera vez desde octubre de 2022, contrariamente a las previsiones de descenso a 48,5 puntos (el índice de empleo subió a 47,4, desde el valor anterior de 45,9). Además, el volumen de pedidos de productos fabricados en EE.UU. en febrero aumentó un 1,4%, mientras que la mayoría de los expertos preveían un crecimiento del 1,0% (y en el mes anterior, este indicador disminuyó un 3,8%). Los datos del JOLTS también resultaron favorables al dólar: el número de vacantes abiertas aumentó a 8,756 millones (valor anterior - 8,748 millones), mientras que el mercado esperaba ver este indicador en 8,74 millones. Por encima de todo - el "color verde" del informe de la agencia ADP, que se publicó ayer, dos días antes de las nóminas no agrícolas de marzo. Según este informe, el número de empleados en el sector privado aumentó en 184 mil en marzo (frente a la previsión de 148 mil). Esta es una señal lo suficientemente fuerte como para que los datos oficiales del mercado laboral también complazcan a los toros del dólar.
Como vemos, los informes macroeconómicos publicados esta semana mostraron en su mayoría una dinámica positiva. El notorio índice de actividad empresarial del sector servicios estadounidense también se mantuvo en la zona de expansión. En cuanto al índice PCE básico, que se publicó el viernes pasado, descendió, situándose en el nivel previsto del 2,8%. Dicho esto, el PCE general se aceleró por primera vez desde septiembre.
Los comentarios de los representantes de la Fed tampoco contribuyen al debilitamiento de la divisa estadounidense. Por ejemplo, ayer el presidente de la Fed, Jerome Powell, afirmó que la lucha del Banco Central contra la inflación "aún no ha terminado". Al mismo tiempo, subrayó que el regulador no va a reducir la tasa de interés hasta que no confíe en que la inflación está disminuyendo de forma constante hasta el nivel objetivo del dos por ciento. Sin embargo, Powell señaló que es demasiado pronto para sacar conclusiones sobre la aceleración de la inflación: los informes de febrero pueden indicar saltos a corto plazo ("baches", como dijo antes el jefe de la Fed). En cualquier caso, según Jerome Powell, la Fed tomará una decisión sobre la tasa "de reunión en reunión" - no hay una trayectoria predeterminada de reducción.
Pocos días antes del discurso de Powell, el jefe del FRB de Atlanta, Raphael Bostic, que ostenta este año el poder de voto, dijo que espera un solo recorte de las tasas de interés este año. Dijo que la inflación está cayendo más lentamente de lo esperado y que muchas materias primas han experimentado subidas de precios excesivas.
La jefa del FRB de Cleveland, Loretta Mester, que también tiene voto este año, instó anteayer a no precipitar la relajación de la política monetaria. Afirmó que recortar las tasas de interés demasiado pronto (así como demasiado rápido) "corre el riesgo de deshacer los progresos que el banco central ha realizado en materia de inflación". Christopher Waller, miembro del Consejo de Gobierno, expresó una postura similar.
En un entorno tan fundamental, ¿podemos hablar de un descenso sostenido del índice del dólar estadounidense? ¿Y, en consecuencia, de un crecimiento sostenido del par eur/usd? ¿Con el hecho de que los datos publicados esta semana reflejan una ralentización de la inflación tanto en Alemania como en el conjunto de la eurozona?
En mi opinión, la actual subida de precios es demasiado emocional y, en general, injustificada. Un índice de actividad empresarial más débil en el sector servicios (que, de nuevo, se mantuvo por encima de la marca de 50 puntos) no es motivo para un cambio de tendencia. Especialmente en el contexto de los comentarios "moderadamente halcones" de la Reserva Federal, los sólidos informes sobre el mercado laboral y el sector manufacturero y la ralentización de la inflación en la región europea.
Por lo tanto, dada la situación bastante extraña del par, lo aconsejable es adoptar ahora una postura de espera. El impulso alcista del par eur/usd es un "castillo de arena" o, si se quiere, un castillo de naipes sin cimientos sólidos.